La mamografía es un estudio radiográfico del seno.
Las mamografías se pueden usar para detectar el cáncer mamario en mujeres que no presentan signos o síntomas de la enfermedad. Este tipo de mamografía se llama mamografía selectiva de detección o screening.
Por lo general, una mamografía de detección requiere dos posiciones e imágenes de cada seno. Reiteramos, dicho examen hace posible que se detecten tumores que no se pueden palpar. Las mamografías de detección pueden también encontrar micro calcificaciones (pequeños depósitos de calcio) que algunas veces indican la presencia de cáncer de seno.
Las mamografías pueden usarse también para buscar cáncer de seno después de haberse encontrado un bulto o nódulo u otro signo o síntoma de la enfermedad. Este tipo de mamografía se llama mamografía de diagnóstico.
Además de los nódulos, otros signos de cáncer de seno pueden ser:
*Dolor.
*Engrosamiento de la piel del seno.
*Secreción del pezón.
*Cambio en el tamaño o en la forma del seno.
Sin embargo, aunque algunas veces estos pueden ser también signos de estados benignos.
Una mamografía de diagnóstico puede usarse también para evaluar la glándula como por ejemplo en los implantes mamario o prótesis.
La mamografía ha demostrado disminuir un 25 a 30% la mortalidad por cáncer mamario, permitiendo evidenciar tumores dos años antes que la palpación.
Las indicaciones actuales de la mamografía están basadas en la recomendación de National Cancer Instituto (INC) de 1993 y la American Cancer Society, quienes establecen que desde los 40 años se debe realizar una evaluación anual y sistemática en las mujeres sin riesgo específico.
En el caso de las mujeres que presentan factores de riesgo, el médico tratante indicará cuándo debe efectuarse la primera mamografía y la frecuencia de los controles.